Por Milé Rush | Lo conocía a través de los relatos y recomendaciones de libros que solía mandarme todas las semanas a mi casilla de correo. No sabía nada acerca de su vida en el mundo real, pero su existencia virtual me fascinaba de manera
Por Rocío Deguer | Soy un hombre perverso, en principio, porque me encanta la pornografía. El lector pensará que es algo normal porque a todo el mundo le gusta la pornografía y que eso no me convierte en un hombre perverso, pero todo el mundo gusta del
Por Carlos Kraimer Eran cerca de las doce de la noche. Salió del Luna Park, tomó el colectivo y luego de cuarenta y cinco minutos de los que nada recuerda, llegó a la estación. Aún le quedaba un tramo de viaje en su regreso a
Por Carlos Enrique Blanco Íbamos a lo de Mariano. Nos tomamos el colectivo de las 5 con Alejandro. Llegamos a la parada del supermercado y en eso, vemos que suben dos orcos. — ¡¿Y eso?! —preguntó Alejandro sorprendido. —Qué se yo —contesté. La señora que
Por Carlos Kraimer Tengo que insistir con el encierro. Nuestro cuerpo es acaso la única propiedad privada naturalmente aceptable. Sería una irracionalidad cuestionar la propia posesión de lo que nos es dado en el acto quizá más trascendental de la humanidad: el nacimiento. Sin embargo,
Por Rocío Deguer Sentirme deprimida sería mucho mejor que esto. Si sólo fuese desgano, o falta de ganas de vivir, o de respirar… pero es eso y además es dolor, pero no es un dolor de angustia, es un dolor de falta de sentidos, a
Por Rocío Deguer – Había sido un fin de semana divertido, de esos que te dan la energía necesaria para seguir manteniéndote con vida. Los cigarrillos eran bastante ricos, tenía unos Virginia blend, unos de mango y unos al “natural”, de esos de liar. El
Por Juan Martín Zara “¿Por qué me cubro las vergüenzas, me preguntas?… Piensa si algún Dios esconde su arma. El Señor del Mundo tiene un rayo que a la vista lleva, y no oculta su tridente el Dios Marino, ni esconde Marte la espada
Por Sebastián Mateo Cosas que están pasando en este preciso momento, mientras yo escribo esto y alguien, en algún lugar, por algún motivo, está googleando pros y cons de suicidarse en invierno: compartir
Por Juan Martín Zara Aquella vez que entró al bar, quisiera no haber visto de ella, ni siquiera su pelo. Negro, brilloso, interminable, moviéndose sin fe, adivinando las intenciones de su cuerpo lento que parecía prologar una disculpa cuando se inclinaba para dar un paso.
